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La enfermedad renal crónica avanza sin síntomas evidentes en sus primeras etapas, lo que la convierte en una patología silenciosa pero cada vez más preocupante. Ante este escenario, la Dra. Irene Paz, jefa del Servicio de Nefrología del Hospital Escuela "Dr. Ramón Madariaga" de Posadas, brindó recomendaciones clave para prevenir, diagnosticar y tratar a tiempo esta condición que, según proyecciones internacionales, se convertirá en la quinta causa de muerte a nivel mundial en los próximos años.

¿Quiénes son los más vulnerables?

La Dra. Paz destacó los grupos de mayor riesgo que deben prestar especial atención a su salud renal:

·Personas con hipertensión arterial

·Pacientes con diabetes

·Individuos con obesidad

·Quienes tienen antecedentes familiares de enfermedad renal o trasplante

·Personas que ya sufrieron eventos cardiovasculares (como infartos o ACV)

La especialista también señaló que, a partir de los 60 años, es común una disminución natural de la función renal, por lo que los controles regulares son esenciales incluso para quienes se sienten saludables. "La enfermedad renal puede avanzar sin dar síntomas. Por eso, el chequeo clínico es fundamental, sobre todo en personas con factores de riesgo", enfatizó.

Claves para proteger tus riñones

La prevención es el pilar fundamental para evitar la enfermedad renal crónica. La Dra. Paz enumeró consejos prácticos y sencillos para incorporar a la rutina diaria:

·Alimentación saludable: Priorizar frutas, verduras, legumbres y carnes magras.

·Evitar excesos: Reducir el consumo de sal, alimentos ultraprocesados, gaseosas y alcohol.

·Actividad física: Realizar ejercicio de forma regular.

·Buena hidratación: Para personas sanas, se recomienda beber al menos dos litros de agua por día.

·No automedicarse: Especialmente con antiinflamatorios de venta libre, ya que pueden ser tóxicos para los riñones.

"La prevención empieza desde la infancia. Es importante generar hábitos saludables desde temprano y sostenerlos a lo largo de la vida. Eso garantiza mejor calidad de vida y menor riesgo de enfermedades crónicas", afirmó la médica.

Cuando la enfermedad avanza: diálisis y trasplante

Cuando la función renal se ve gravemente comprometida, el cuerpo pierde la capacidad de eliminar toxinas y líquidos, lo que lleva a un deterioro generalizado. En estos casos, la única opción es una terapia sustitutiva: la diálisis o el trasplante.

"Los equipos de hemodiálisis funcionan como riñones artificiales. Los pacientes deben conectarse tres veces por semana durante cuatro horas por día, para poder eliminar lo que su cuerpo ya no filtra", explicó la Dra. Paz.

El Hospital Madariaga atiende actualmente a 50 pacientes en diálisis crónica sin cobertura médica y entre siete y diez pacientes agudos diariamente. La Dra. Paz destacó que estos son "tratamientos largos, de alto costo, y requieren mucho compromiso del sistema de salud y del propio paciente. Por eso es tan importante detectarlo a tiempo”.

El servicio de Nefrología también cuenta con consultorios especializados para la detección precoz y el seguimiento en estadios iniciales. "Nuestro objetivo es evitar que los pacientes lleguen a una instancia terminal. La clave está en el diagnóstico temprano y en el seguimiento adecuado desde los primeros signos de deterioro renal", sostuvo la profesional.

La Dra. Paz concluyó haciendo un llamado a la conciencia sobre la importancia de la función renal: "El riñón trabaja 24 horas al día, los 365 días del año. Cuando deja de funcionar, ninguna máquina lo reemplaza completamente. Por eso, cuidarlos es una responsabilidad diaria que empieza con decisiones simples: comer bien, moverse, hidratarse, consultar al médico y evitar la automedicación”.