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El magistrado presentó su dimisión a través de un escrito. Había asumido su puesto en la Corte Suprema de Justicia el pasado 27 de marzo. La dimisión es indeclinable y ocurrió apenas 40 días después de haber jurado en el alto tribunal. El jueves la Cámara alta rechazó su pliego por amplia mayoría y el juez federal Ramos Padilla dictó una medida cautelar en su contra.

“Me dirijo a Usted a fin de presentar la renuncia indeclinable al cargo de juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación para el que fui nombrado, en comisión, por el decreto 137 del 26 de febrero de 2025”, comienza el escrito de 7 páginas.

La decisión del magistrado ocurre días después de que ser rechazado por 51 votos en contra y 20 a favor por el Senado al cosechar el sufragio negativo de los tres bloques kirchneristas y el grueso del radicalismo. Sólo tuvo el voto favorable de la Libertad Avanza, algunos legisladores del PRO y dos radicales y algunos bloques provinciales aliados del Gobierno Nacional.

El pasado viernes, el Senado rechazó por amplia mayoría los pliegos de García Mansilla y Lijo, lo que intensificó las presiones sobre el primero para que abandonara su cargo. Pocos después de la votación, el juez federal de La Plata, Alejo Ramos Padilla, firmó una medida cautelar que ordenaba a García Mansilla abstenerse de firmar resoluciones o medidas administrativas por un plazo de 90 días, hasta que se resolviera la legalidad del decreto presidencial que lo había designado.

La medida cautelar fue impulsada por una presentación judicial del abogado Jorge Rizzo y el constitucionalista Andrés Gil Domínguez, quienes argumentaron que la designación de García Mansilla vulneraba la independencia judicial. Ramos Padilla fundamentó su decisión en el artículo 99 inciso 19 de la Constitución Nacional, que establece que un juez designado en comisión no puede ejercer funciones jurisdiccionales sin el acuerdo del Senado. “La falta de acuerdo del Senado de la Nación no puede ser soslayada ni sustituida por una decisión del Poder Ejecutivo Nacional”, afirmó el magistrado.

Sin embargo, en la misiva lanzó cuestionamientos al poder judicial. “Tal vez este episodio y esta renuncia sirvan de advertencia para que se den cuenta de una vez de que la integración de la Corte Suprema, y de todo el Poder Judicial federal, es urgente”, dijo.

“La inacción, la indolencia y el desprecio por la independencia del Poder Judicial... es francamente escandalosa. Creo que el proceso de transformación de la República Argentina depende de una condición indispensable para que tenga éxito, se consolide y se encarne en cada uno de los argentinos: que exista un Poder Judicial recto, decente e independiente”, propuso el jurista.

“El día que contemos con un Poder Judicial integrado en su totalidad con jueces rectos, honestos, capaces e independientes y apegados a la Constitución y a la ley, nuestro país tendrá una gran parte de su futuro asegurado”, insistió.

Después le agradeció al presidente Milei y, por último, cerró con contundencia: “Aunque me hubiera gustado hacerlo por más tiempo y en otras circunstancias, mi permanencia en el cargo no va a facilitar la integración de la Corte Suprema, sino todo lo contrario: será una excusa más para distraer la atención de aquellos que tienen que aportar una urgente solución a un problema que ya es de larga data”, consideró.