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Soy Laura Daniela Rivadulla, hija del recordado y querido “Negro”. Creo que la historia de mi padre, con quien solía sentarme en la vereda de la casa donde siempre vivimos, y que cuando pasaban los vecinos y amigos, le preguntaban qué estás haciendo “negro”, contestaba con una sonrisa: “Acá, mirando pasar la vida “, podría resumirla ensamblando una entrevista que le realizara Juan Carlos Millán, para una publicación quincenal llamada Tribuna Abierta, del mes de marzo de 1993 y una editorial de Mirtha Solari cuyo título reza ¿Día del pueblo? del año 2008.

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La columna de Millán se llamaba “A calzón Quitado” y tituló en esta oportunidad:

Carlos Rivadulla: Un personaje.

La primera consulta: Lugar de nacimiento? Donde vivo le gusta responder, fue un 12 de julio allá en 1933 y por supuesto (no había otra forma), lo hizo ayudado por doña Vicenta, única “partera” en ésta zona, por aquellos tiempos.

La escuela secundaria la hizo en Buenos Aires, donde de paso, aprovechó para tener un romance con la noche.

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“En la vida hice de todo…lo único que me olvidé de hacer es guita”

De vuelta al pago, comienza su lucha por la municipalización de Plaza Huincul, tomando la posta de Toribio Otaño y su padre.

“Nunca entendí eso de que el señor Intendente hoy no da audiencias. Es como que venga tu patrón a hablarte y vos no lo atendés!”

¿Cómo te enganchas con el M.P.N.?

“Cuando yo me vuelvo a Plaza estaba en la gobernación Don Felipe. Y realmente estaba “haciendo” la provincia. Hacía poco habíamos dejado de ser territorio, los “parias” del país. Estaba todo por hacer, no había escuelas, caminos, comunicaciones, toda la organización administrativa de la provincia. Hubo que hacer todo desde cero y yo de alguna manera, tomando la posta de los viejos, seguí para adelante. Lo mismo pasaba en la Municipalidad de Plaza, hubo que hacer todo y desde la nada.

La avenida y las empresas petroleras: “Una de las críticas que uno escucha ahora, es esa de que como fuimos a meter a las empresas petrolera sobre la Avenida, que queda feo…Lo que no todos saben, es que las empresas estuvieron antes que la avenida.

Era todo campo y la vieja huella que unía a Cutral-Có y Huincul. El pueblo terminaba donde hoy es el Banco Provincia. Recuerdo que la primera empresa que vino fue “B.J”, empezaron a hacer el campamento, unos contratistas que venían de Comodoro, se llamaban Cuzinatto y Casarotto. Los pobres estaban en una carpa y los agarró un viento que ya llevaba 15 días cuando me vinieron a ver”

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“¿Intendente, perdone pero no tendría un terreno más cerca?” “Que laburo convencerlos que se queden, se querían volver! Luego vino Dowell, después Halliburton y después conseguimos la apertura de la Avenida. Por eso yo los comprendo cuando dicen cómo fuimos a poner a las empresas sobre la Avenida. No?, las empresas estaban cuando hicimos la avenida!”

¿Corre menos el viento ahora?

“Si, yo me acuerdo que para ir a la escuela primaria tenía que ir en etapas, aprovechando cuando amainaba. Iba de ochava en ochava. De casa hasta la agencia Ford, de allí hasta lo de Ambrosio, el hotel Plaza y así hasta la escuela”.

Carlos y Denis “Chirulilo” Ferreira en la “Comisión de Límites”

“Si Cutral Co no es más grande hacia el este y Plaza no lo es hacia el oeste, es porque “Chirulilo” Ferreira y yo (ambos intendentes de Cutral Co y Plaza respectivamente) acordamos el límite. Nos habían pedido que definiéramos los dos ejidos municipales.

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En aquella época, donde no estaba el actual zanjón chico que divide las dos ciudades, era todo campo. El agua que corría junto a la ruta 22, caía al zanjón grande por un canal que había hecho YPF, por donde hoy es la escuela de la Cruz Roja. La tierra que habían sacado de ese canal, formaba un gran médano y hacía que unos metros más allá no se viera Plaza Huincul.

Recuerdo que salíamos a fijar el límite en una camioneta de la municipalidad de Cutral Co (él tenía camioneta) y agarramos la huella vieja. Cutral Co terminaba en la cancha del club Cutral Co (donde están actualmente las canchas de Paddle del club Alianza- C.H. Rodríguez e Yrigoyen). Había un refugio de YPF para los que tomaban el colectivo allí, que era la última edificación antes de tomar la huella. Anduvimos un rato y me dice Chirulilo “Bueno negro, donde vos digas”. Yo miraba para este lado y no veía a Huincul, era todo monte y monte…entonces le dije: “No Chiru, tirá un poco más para adelante…y así llegamos a un caño que estaba plantado en medio del campo, que no sé ni porqué estaba y me dice Chirulilo “Acá Negro, dejemos el caño este como límite y listo” Y yo miraba para Plaza y todavía no lo veía y le dije que sí. Así quedó fijado el límite. A los tres años, con el plan VEA comenzamos el barrio 25 de Mayo y casi se pobló todo”.

Dos instituciones: el F.F.C.C. y el Comisionista

“El ferrocarril era el vínculo de unión del pueblo con el resto del país. De pibes, nosotros íbamos a comprar las revistas al tren los días domingo. Todo se transportaba por el ferrocarril. Y a su vez, transportaban a una institución, como lo era el Comisionista don Iannariello de Bahía Blanca . Tenías que comprar una torta, o un cuello, o revelar una foto, se lo encargabas a él. Cuando llegaba, estaba la gente reunida en la estación y bajaba Iannariello con trajes, paquetes, billetes de lotería, de todo”.

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Se acaba el petróleo

Siempre estuvimos con el fantasma de que se terminaba el petróleo. La primera vez que casi nos vamos fue cuando se terminó la mensura de los terrenos de lo que hoy es el camping de Arroyito. Si nos hubiéramos ido para allá, al lado del agua, otra hubiera sido la historia de Cutral-Co y Plaza.

Cando ya se terminaba apareció el yacimiento Challacó. Después se desvanecía Challacó y apareció Cerro Bandera, luego El Sauce, Anticlinal, El Valle,etc”.

“La casita de chapa”

“Corría el año 29 y siguiendo una tradición del ejército, con el que se mantenían lazos comunes (el fundador de Y.P.F. Enrique Mosconi, era militar), se inaugura un prostíbulo en Plaza Huincul, bautizado como “la casita de chapa”, por ser ese el material con el que estaba construida. Luego de un tiempo la empresa (YPF, aunque usted no lo crea), se hizo cargo en forma directa de la administración de la misma, delegando en el sector Obra Social, el control administrativo y sanitario. Cuando estuvo de administrador el Ingeniero Cosentino cortó de cuajo el problema, ya que varios vecinos habían empezado a construir cerca de “la casita” y pedían que la trasladaran, la cerró definitivamente.

No había acontecimiento social (despedida de soltero, agasajo, etc) que no terminara en “la casita de chapa”. Las inquilinas con contratos no superiores a los tres meses, tenían revisación médica obligatoria los días martes. Ese era el día reservado a los Técnicos y los pocos Ingenieros que habían por entonces.

Un cartel, que muchos añoran decía: “Bar Las Delicias, vinos, cerveza y fiambres a la minuta”.

Se necesitaba mucha agua para apagar tanto fuego; su triste destino fue desaparecer con el aluvión de 1974”.

¿Qué opinas de la fusión Cutral Co – Plaza Huincul?

“Económicamente no conviene. Se reduciría mucho la coparticipación. Además si bien no hay rivalidad entre las dos ciudades, hay arraigo, hay historia, y eso hay que tenerlo muy en cuenta”

¿Tu trabajo actual?

Hace 15 años que estoy en Copelco. Empecé cuando el gerente era Olcese, luego Ernesto Amstein, luego yo. Ha crecido mucho, hoy es un monstruo. Cada vez que cambia el Consejo, yo subo las escaleras con mi proyecto de fabricación de columnas de hormigón. Un emprendimiento chico, pero que nos ahorraría unos pesos. La suma de esos pequeños emprendimientos te llevan solo al grande. Confiarse en grandes proyectos es peligroso. Los pies en la tierra y paso a paso. Así se hacen las grandes instituciones.

La línea editorial de Mirtha Solari: ¿Día del pueblo? (2008)

24 de abril, 42 años de la institucionalización. Encima es muy largo para separar las sílabas, muy difícil de pronunciar; y ¿para qué tanto trabajo? ¿qué nos significa? ¿nos conmueve? ¿nos alegra? Porque también podemos decir “municipalización”…¿y?

Miren, creo que como están las cosas, debemos empezar a expresarnos (los mayores) con palabras más cortitas, tipo “mensajitos” de celular. Y los medios de comunicación, al explicar que se celebra cada 24 de abril en Plaza Huincul, deberían decir: “el cumpleaños de la muni…”; que corresponde saludar al Intendente actual, a los ex intendentes que uno encuentre por la calle…a todos los empleados con un apretón de manos y decir: “feliz cumpleaños!”.

No sé si alguien estará de acuerdo conmigo, pero cuando converso con jóvenes (y no tanto)y les pregunto qué significa para ellos festejar la institucionalización de PH, la respuesta es …¿?...”

No estoy subestimándolos; ni siquiera nivelando para abajo. Además no hay referencias etimológicas, porque la realidad no es la misma que cuando Carlos Rivadulla inicia junto a Oscar Avilés; Ernesto Moreno; Juan Miralles; Oscar Ortiz; Antonio Sánchez; Joselín Leiva; Armando Max; Hilario Antoñana y Juan Sogni, entre otros, la historia de la municipalidad de Plaza Huincul.

Hay que empezar de cero, explicando: ¿qué es municipio, qué es una comuna, qué es un contribuyente? ¿Para que y/o cómo se contribuye? ¿Cuál es la función del Intendente y del equipo de gobierno? ¿Cuál la del presidente del CD y del resto de los ediles? ¿Qué son los empleados municipales y cuáles son sus deberes y derechos? ¿Todos ellos conocen y se ajustan al organigrama municipal y al Estatuto del Empleado?

Así algún día, tal vez sabiendo todo esto, se pueda dimensionar cuánto les costó a aquellos hombres iniciar la vida institucional de Huincul y comprender esta frase que alguna vez me dijo Rivadulla. “A mí el 24 de abril me duele…”

Quizás así podamos conmemorar aquel día de 1966 con sincero fervor. (Mirtha Solari)

Seguramente tendría mucho más para contar, pero entiendo que encontré la mejor manera de homenajear a mi padre Carlos Rivadulla, que amaba con toda su alma ésta hermosa ciudad y dedicarlo con muchísimo cariño y respeto a todos mis vecinos de Plaza Huincul.

P/D: En un nuevo aniversario de la ciudad de Plaza Huincul, un pequeño aporte de Laura Rivadulla y su capítulo del libro DALE CUTRAL CONTAME OTRA HISTORIA.

 

Laura Daniela Rivadulla, Julio de 2020.-