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Richard Forcael, preceptor de la EPET 1 y papá de un alumno del colegio, explicó en un escrito cómo avanzó la denuncia que formalizó ante la Defensoría del Menor respecto ala situación de violencia que vivió su hijo que incluyó el corte de su mochila con una navaja. "Hasta el día lunes 30 de septiembre, dos semanas después no se hizo nada y lo ocurrido fué un tema tabú dentro del aula y la escuela", dijo.

El texto completo, es el siguiente:

"En el presente escrito haré una actualización de la difícil situación que afrontamos desde hace ya un mes, luego del hecho de violencia que vivió nuestro hijo dentro de la EPET Nº1.

Aun hoy, los Directivos no lograron identificar responsables del hecho, en gran medida porque dilataron mucho su intervención y por otro lado, porque no se involucraron y delegaron en los asesores pedagógicos la tarea de indagar mediante entrevistas a los alumnos. Dichas entrevistas infructíferas no les permitieron atender apropiadamente el caso de violencia de nuestro hijo ni otros que surgieron después, donde siguen apareciendo testimonios de la presencia de armas blancas entre el alumnado.

El lunes 16 de septiembre nuestro hijo regresó al aula luego de ausentarse durante dos semanas por recomendación del Defensor del Niño. La Sra. Directora Gabriela Garrido, nos dijo a mi esposa y a mí que de las entrevistas hechas no se pudo identificar a ningún responsable y que tampoco se pudo establecer que realmente haya habido una navaja en el aula, aunque personalmente hasta brindé el nombre de un testigo ocular de los hechos y un audio donde el menor lo relata y menciona la navaja dentro del aula.

Ante nuestra consulta por cómo garantizaría de ahí en adelante la seguridad de nuestro hijo nos dijo que se harían talleres sobre violencia y bullying con el curso en cuestión. Hasta el día lunes 30 de septiembre, dos semanas después no se hizo nada y lo ocurrido fué un tema tabú dentro del aula y la escuela.

El viernes 20 de septiembre me contactó telefónicamente Sofia Santi, asesora pedagógica de la Dirección de Técnica del CPE. Supuestamente, no habían podido intervenir antes porque la Supervisora estaba con certificado médico. Pero prometió que en la semana la Sra. Supervisora Stella Conca, intervendría en la institución para atender a lo denunciado por mí en la primera denuncia elevada el 11 de septiembre. Transcurrida toda esa semana y no recibiendo comunicación alguna de ella ni de los directivos, el viernes 27 de septiembre elevé una segunda denuncia contra el equipo de conducción de la EPET Nº1 con copia a la Asesora antes mencionada. En este escrito le reclamo a la Supervisora que considero violento que sigan pasando los días y ni siquiera me conteste. A continuación, transcribo un fragmento de dicha denuncia:

“Es inaudito y criminal desatender así las obligaciones que conlleva un cargo directivo como el que ostentan, pero más molesto y falto de empatía y consideración ha sido su silencio Sra. Supervisora. No solo no ha dado respuesta a mi denuncia gravísima, lo que también es violencia, sino que su accionar no ha estado a la altura de las circunstancias. Espero sinceramente que el amiguismo y los deseos de evitar momentos bochornosos durante su gestión no nublen su buen juicio y le permitan cumplir con los deberes que requiere su puesto. Sepa que personalmente no voy a descansar hasta que las demás autoridades del Consejo Provincial de Educación intervengan en estos casos y garanticen la seguridad de todos los que transitamos la EPET Nº1”.

En esta última denuncia, expongo como Preceptor de la institución la problemática de violencia entre el alumnado y otras cuestiones aún más graves referentes a la ausencia de directivas o protocolos internos en caso de intento de suicidio y consumo de alcohol o sustancias… todas estas, problemáticas presentes en la escuela. Como docentes vamos actuando por sentido común o experiencia personal, pero nunca por la indicación clara de un directivo.

Durante la mañana del viernes recibí al correo electrónico la primera respuesta escrita de la Supervisora, donde nos convoca a una reunión en la sede de Supervisión del barrio 25 de mayo el día lunes 30 de septiembre a las 13:30 hs. Asistimos puntualmente a la entrevista, que inició con demora porque la Supervisora estaba en la escuela reunida con los Directivos. Al llegar, nos relató que el Equipo de Conducción no le informó que hay navajas entre los alumnos, mucho menos que hay testigos oculares y actas que lo prueban. Pudimos mostrarle un audio, un video y citarle las actas labradas. Manifestó que los asesores pedagógicos fueron capacitados en el tratamiento de la temática durante el presente ciclo lectivo y que debían bajar esa información a sus compañeros profesores y preceptores y no lo hicieron. También aseguró que dio indicaciones claras sobre el cuidado de alumnos y no se han obedecido.

Como Preceptor de la institución, insistí en exigir un protocolo de acción para casos de violencia, abuso de sustancias o intento de suicidio, todas estas problemáticas con las que tenemos que lidiar solos sin el acompañamiento o la guía de algún Directivo. Al finalizar manifestamos nuestro deseo de que se encuentre y se sancione a los responsables de la agresión sufrida por nuestro hijo y también a los agentes que por incumplimiento de sus funciones o negligencia pusieron en riesgo su integridad física o la de los demás que transitamos dicha escuela. Caso contrario, dejamos en claro que la próxima semana elevaríamos otra denuncia, en este caso también en contra de la Supervisión.

El martes 01/10 se llevó a cabo el primer taller de convivencia en el curso donde asiste nuestro hijo. Seguimos a la espera del cumplimiento de las demás medidas".