Melisa denunció el posible abuso de su hija a manos del profesor de música del jardín 31, el jueves 30 de junio, cerca de las 23. El viernes en la mañana, fue hasta el CPE y entregó "en mano" la denuncia a funcionarios de ese organismo. Esa misma jornada, por la tarde, pidió la reunión con la docente de sala, las directivas del establecimiento donde también estuvo el acusado y otras tres madres. Es decir, el viernes estaban todos notificados de lo que sucedía. Pero recién el martes hubo acciones concretas en torno al tema. 

Siempre de acuerdo al relato de Melisa, el lunes fueron citadas las tres madres y recién el martes, a las 14, se hizo la reunión de padres donde se les informó el inicio del sumario para el docente. 

Entre lunes y martes los relatos de los padres respecto a "otros" sucesos se fueron acumulando. Crecieron versiones que indicaban que el docente tenía otras denuncias en otros jardines por la misma situación, que luego de cada denuncia lo habían mudado de jardín, entre otras similares. El ánimo de los padres se fue crispando y para el martes, cuando la reunión con las directivas de la institución, la situación explotó.

Los papás y las mamás indignadas retuvieron a los docentes y exigieron acciones concretas frente al tema. En la misma tarde llegó la fiscalía y se ordenó la demora del sospechoso, así como la separación del cargo de todos los involucrados. Hoy miércoles se le formularon cargos. Es decir que, tras la reacción de los padres, en 24 horas se encarrilló todo el proceso.